La nostalgia

 Lo que más extraño de la Universidad es el pequeño privilegio en el que me sentía, por lo afortunada que era al haber entrado en la UNAM. Extraño la ligera arrogancia de contestar a la pregunta: ¿en dónde estudias? Y con un orgullo ligeramente irritante decir: en la UNAM.

Extraño ese sentimiento de sentirse en una burbuja donde el mundo real se detenía y se volvía invisible para nosotros, hasta que terminaban las clases y el regreso de dos horas a casa te recordaba que nada de eso iba a durar para siempre.

shit happens

Las cosas se han puesto particularmente difíciles y complicadas. Hace tiempo en realidad, que me siento inestable, como si llevará unos años caminando sobre la viga de equilibrio. Una infinita y que se vuelve más estrecha cada tanto tiempo, donde vuelvo a sentir pánico por la caída. 
Y es que la ultima vez que me caí de este camino, fue tan doloroso y difícil de volver a subir que me aterra lo alto que ahora este para mi volver arriba.
Son días en que trato de darme ánimos, como antes lo hacia, pero es que antes estrenaba cada frase para continuar, ahora me suenan a canciones viejas que más que darme ánimos me provocan nostalgia volver a escucharlas. Tan gastadas y repetidas que se rompen con otras en el viento y no me da tiempo de tomarlas, ni de mirarlas.
Ya sé que me va mejor sonreír, pero se me escapa la sonrisa cuando pienso en todas las cosas que no he logrado, que no me han dejado lograr, las que he abandonado y las que me han abandonado, me abruma la cabeza, y aunque le diga que pare, se vuela las advertencias y continua hasta que vuelvo a romper en lagrimas.

Es otoño

Las mañanas se han puesto frías, mientras las tardes calurosas y de fuertes vientos rellenan gran parte del día. Hace mucho tiempo que te debo una entrada, porque antes esto era tan importante para mi, que quien estuviera aquí reflejado, insinuado o descrito me parecía que era especial.
Pero te has vuelto incondicional y no he tenido necesidad de demostrarte la importancia que tienes para mi por medio de un medio electrónico, etéreo e infame.
Aun así tengo ganas de dejarte trozos de miel en estas letras, sintiendo deseos de ponerle un cachito de mi corazón aquí y plasmar las palabras más bonitas que aún me sepa.
Estoy desgastada es la realidad, pero siempre pensé que escribir relatos me hacía siempre un poco más romántica y me enamoraba más al romantizar los comportamientos que me gustaban. Entonces me endulzaba los dedos y los ojos por mi cuenta, lo que ha sido muy distinto en este tiempo pues te has encargado de hacer semejante y magnifica tarea.
Es que no se como agradecer que entraras a mi tormentosa y aburrida vida, tanto que siento que un gracias se escucha simple, opaco, inerte y pues... sin chiste.