Es otoño

Las mañanas se han puesto frías, mientras las tardes calurosas y de fuertes vientos rellenan gran parte del día. Hace mucho tiempo que te debo una entrada, porque antes esto era tan importante para mi, que quien estuviera aquí reflejado, insinuado o descrito me parecía que era especial.
Pero te has vuelto incondicional y no he tenido necesidad de demostrarte la importancia que tienes para mi por medio de un medio electrónico, etéreo e infame.
Aun así tengo ganas de dejarte trozos de miel en estas letras, sintiendo deseos de ponerle un cachito de mi corazón aquí y plasmar las palabras más bonitas que aún me sepa.
Estoy desgastada es la realidad, pero siempre pensé que escribir relatos me hacía siempre un poco más romántica y me enamoraba más al romantizar los comportamientos que me gustaban. Entonces me endulzaba los dedos y los ojos por mi cuenta, lo que ha sido muy distinto en este tiempo pues te has encargado de hacer semejante y magnifica tarea.
Es que no se como agradecer que entraras a mi tormentosa y aburrida vida, tanto que siento que un gracias se escucha simple, opaco, inerte y pues... sin chiste.