Miedo

Pensando un poco, comienzo a tener más de las respuestas que necesito porque una se va de la mano con la otra.
A veces pensaba que el miedo al dolor físico era el más importante, supongo que el miedo es una barrera invisible pero muy resistente. Y solo tengo la seguridad de que es una creación mental poderosa, que puede transcurrir el tiempo. Las personas dicen que tener miedo es natural, y lo es, porque las cosas a las que le tenemos miedo son reales y existen en el entorno cotidiano, entonces, tener miedo debe ser algo cotidiano. También dicen que debes superar tus miedos, como si estos siguieran una línea de tiempo o como si se tratara de peldaños consecutivos en una secuencia debidamente ordenada. No lo creo así, porque si el miedo es natural, lo es  junto a él el caos que conlleva la vida. 

Tenemos una serie de miedo acumulados, que se estimulan con diferentes situaciones o diferentes objetos, personas, lo que sea. Tener miedo resulta entonces un cumulo de pensamientos y sensaciones que brotan como una fuente de múltiples tomas, que surgen repentinamente y cuando nos percatamos de que temíamos tal cosa, tal cosa ya está frente a nosotros, desplegada y expandida sin arreglo y con cualquier forma que adapte. Es entonces cuando nos volvemos valientes. Y ser valiente no significa ir desesperado a enfrentar nuestros miedos.

Entonces si ser valiente significa tener miedo, estamos condenados a servir al miedo y a coaccionar nuestras acciones como respuesta a este sentimiento. Pero todo esto excluye a los demás sentimientos, entonces las cosas se vuelven más complicadas.
Ese enjambre de miedos rueda por todas partes, se adapta a la forma que disponga nuestra cabeza y penetra en las conexiones más seguras del cerebro. Superar los miedos resulta una serie de acciones que van más allá de avanzar hacia adelante y más que superarlos o enfrentarlos, los amoldamos, lidiamos con ellos y en cierta forma, los adoptamos. Nadie descuida sus miedos porque son las cosas que definen una parte del individuo, los nombramos, los contamos y le buscamos una razón lógica de existencia. Los hacemos existir. Nadie los descuida porque son relucientes y atrevidos, porque en la mayoría de las ocasiones salen a la luz cuando nadie lo espera, ni siquiera nuestros miedos seguros, los que hemos comprendido y superado.

Concluyendo que el miedo es más que una cosa ordinaria, nos obliga a mirar más allá del miedo donde se encuentra qué. La respuesta a nuestros miedos o un pedazo más del enjambre que habrá que desenmarañar en cualquier momento.