¿Cuánto tiempo de nuestras vidas desperdiciamos siendo personas que guardan rencores? ¿Por qué pensamos que nuestro enojo o despreció va a cambiar algo dentro de las personas? Las personas no cambian porque a ti no te gusten sus actitudes, las personas cambian cuando se cansan de su personalidad y entonces deciden volcarlas contra si mismos, discriminando lo que es bueno y lo que es malo de si mismos. Y entonces pierden su esencia, y si son lo suficientemente estrictos pierden tanto que ya no saben que es lo que los define para convertirse en desconocidos, no solo para los extraños a los que llamaban amigos, familia, conocidos, sino que se vuelven completos desconocidos para sí mismos.
Queda el riesgo de perder la cabeza, de encontrarse en una habitación en blanco llena de cosas sin articulación tratando de aglutinar piezas que un día fueron parte de su personalidad.