Clásicos

Hace tiempo que mi vida dejo de dar vueltas sobre el mismo ciclo, estas veces que vuelve a dar la vuelta, mi vida se reajusto y siento cada cosa como si fuera un recuerdo o algo aprendido pero que puedo repetir sin temor a que algo inesperado suceda.
Esa estabilidad por la que pase noches y mañanas desenmarañando sin encontrar un recipiente adecuado para contenerla, porque tal recipiente no existe, es algo que ignoraba y que me negaba a aceptar. En estos días pienso que es una fortuna no haber encontrado tal contenedor.
Cada mañana trato de hacer que sea una buena mañana, inevitablemente me convertí en una persona de la mañana, reorganice muchas cosas sin querer y sin pensarlo demasiado. Cada día trato de ver los detalles más iluminados del día, los que me hicieron pensar en ese momento que tendría suerte lo que restaba de la semana. 
No hay un manual para manejar a la perfección las emociones, no sé si algún autor se ha tomado la molestia de escribir tal cosa, pero espero que nadie lo haga y si lo han hecho espero nunca leerlo porque el proceso es delicado, pero al mismo tiempo bastante áspero, no tiene una meta final pero por el camino se puede sentir uno satisfecho con lo que esta logrando.
Han sido semanas de rehabilitación que ni siquiera tenía idea de que la estuviera tomando, han sido meses de aprendizaje, esta siendo una incesante marcha en la que se encapsula todo, desde lejos puede observarse el panorama, como una colección enorme de fotografías, de objetos con recuerdos, de momentos, de canciones, de preguntas, logros y personajes.
Pero nada esta dejado al azar o sin sentido, todo ha tenido algo, algo importante.