Y continua...

-Tienes una de las mentes más retorcidas que conozco y no es ningún halago. Más que esa mente obsesionada, que encuentro todas las noches en mis pesadillas.
No sé, ni te quiero entender.
Eres tan patético, hundido en mierda que tú mismo recolectas.
Eres esa cosa que está entre lo que quiero creer y lo que nunca va a ser cierto.
¿Qué es lo que yo podría hacer por ti?

-Solucionarme la vida.