Voy hablar de la menstruación.

Advertidos están.

Lo hago porque le hace falta a este blog, porque estoy procrastinando mi tarea, porque me siento muy pinche chistosa y porque parece que a los jóvenes nunca nadie les enseña nada, incluyendo a las damitas. Y porque puedo básicamente.

Para comenzar hay que aclarar que todo lo que se aprende de la menstruación y de todo lo que conlleva, se aprende por prueba y error y no en la escuela. Que cuando eres mujer te lleva tiempo entender los ciclos menstruales que dibujan en los libros "súper didácticos", que carecen de vello púbico y están rebanados de la forma anatómicamente más imposible de imaginar, todos son inútiles, junto con los esquemitas que hiciste "n" número de  veces con plastilina rosa (viviendo en un país de morenitos) y semillitas de girasol, que solo sirven para dos cosas: para ruborizarte frente a tus compañeros al ver la proyección psicológica de los  genitales del otro en una tabla de madera y la otra para gastar inutil dinero y valioso tiempo, en algo que botaras saliendo del colegio.

Todos y en especial todas, son expertas ginecólogas cuando se trata de hablar del periodo de una persona, porque todas cursaron la escuela de medicina pero no se titularon, todas las cosas que aprendieron ahí ya les pasaron y son la voz de la experiencia. Lo único verídico de esto es que ningún ciclo menstrual es igual que otro, aunque se sincronicen porque son bien lesbianas, ninguno es igual.

A las mujeres no les fastidia que les esté saliendo sangre de la vagina, les fastidia que esa sangre tiene que ser retenida en un trozo de papel y algodón con mucha pinche manzanilla o aloe vera, con forma de avioneta y que está pegado a las pantaletas. La anti naturaleza del objeto llamado toalla femenina se deja ver en el mal humor de las mujeres, por sentir que se van a manchar o se les va mover la toalla o ve tú a saber que catástrofe pueda suceder entre sus piernas. Todo por  miedo a que una manchita de sangre sea reprobatoria por la fuckin sociedad que le parece asqueroso un ciclo que todos los mamíferos presentan. 

La menstruación y las niñas que menstrúan no huelen a pescado muerto. NUNCA. O no deberían. La higiene es el pastor de las mujeres cuando están en sus días, y si no es así, se  carga toda la responsabilidad a los padres que debieron haber enseñado a sus hijas a lavarse bien sus palomitas.
Todos los mensajes de saba en los papelitos de las toallas femeninas son MENTIRA. Una gran mentira. Ni las flores, ni los chocolates, ni los tés, ni una toalla Jumbo súper absorbente con olor a los pies de la virgen te ayuda cuando te sientes mal y la condescendencia del mundo quiere arreglarlo, sean sinceros y quieran a las morras no solo cuando están sus días.

Los cólicos son severos pero la gente no sé muere en estos días por cólicos y si lo hacen, hacen bien porque ya somos muchas personas. (Nociertoeschiste). Pero los cólicos si son serios, y repito todos los ciclos menstruales son diferentes; así que si eres hombre y a tú morra le dan cólicos leves, eres el hombre más afortunado de la región administrativa político-económica en la que te encuentres. Si eres morra y tienes cólicos muy fuertes, lo siento mucho.

No todo es malo en la menstruación, no siempre se está de malas como es la creencia popular, la exageración te lleva a ser insoportable y además no es tan grave ver como tu descendencia se va poco a poco como sangre entre tus piernas. Están los días chidos en que sabes que la tormenta ha pasado y puedes hacer muchas cosas o mejor no hacer nada. 
Hacer ejercicio en tus días es todo un ritual pero la neta es bien chido, porque si algo es másico en esta vida son las hormonas que liberas en el ejercicio, que te hacen sentir bello, fuerte y hermoso aparte te ayuda con los cólicos y a que todo fluya más rápido.

Hasta donde tengo entendido se puede hacer todo lo que quieras cuando estas en tus días, las mujeres no se quedan lisiadas por cinco días cuando están en su periodo, pero el ser humano sobrevive de la exageración y entonces tú mundo se derrumba frente a ti, cuando sabes que vas a ir a la playa y esa semana te va bajar. Y aun así lo puedes superar, porque Satanás  y su buena onda inventaron los tampones, que parece que absorben  el mar, pero  te hacen sentir chido y entonces lo puedes superar sin mayor problema.

La cosa más terrible que le puede pasar a una mujer no es mancharse, no es ponerse chueca la toalla, o peor ponerse mal un tampón, tampoco es lo peor que un perro le huela la vagina cuando se acerca a ella y todos la ven rarito porque  está en sus días, no es ni siquiera quedarse sin toallas o tampones en un baño público. La peor cosa que le puede pasar a una mujer es ser irregular y no saber ni como, ni cuando, ni donde te va bajar. Es como esperar al espíritu santo y que este se le antoje embarazarte.
Las mejores amigas se hacen prestándose una toalla. Si estas sincronizada con la susodicha y estás dispuesta a regalarle tu única toalla de emergencia, significa que es ella y que no debes dejarla ir nunca, que debes pedir su mano a primera hora del día siguiente.

JAMAS es mejor embarazarte para no menstruar, por más mala onda que sea, regresara nueve meses después recargada y probablemente furiosa de no haber sido el óvulo elegido.

Lo mejor que le puedes hacer a tu novio, mejor amigo, hermano, primo, valedor, compita... todos heterosexuales, es mandarlo a comprarte una toalla. Acompañarlo y ver la explosión mental al ver que hay un chingo de toallas femeninas, tampones, panti protectores y chingadera y media para taponear la salida de otro óvulo sin suerte que termina ahogado en el escusado o en el bote de basura. Pero este es el reto al que se enfrentan las mujeres que compran sus primeras toallas, porque no sabes que sorpresa va a tener tu bolsita de colores llamativos, porque ni sabes que es lo que necesitas, hasta que pruebas y te equivocas muchas veces.

Todos son retos en el ciclo de la menstruación, pero eventualmente los dominas o puedes vivir en el limbo, haciendo y deshaciendo, igualmente un día Dios recompensa y trae hasta tu aparato reproductor femenino la bendita menopausia. Que no es nada chida. 

Así de hardcore es ser mujer.