Recordé hablarles sobre Tobyanne.

Tobyanne tiene las ideas más conservadora y retrogradas -para muchos- sobre las cosas insignificantes y banales por las que los jóvenes nos preocupamos todo el tiempo, mientras nosotros diciendo que es la edad la que nos controla ella asegura siempre que no hay edad para ser bodoque.

Se mantiene tan actualizada e informada de lo que la política geográfica emite, y toda noticia tiene un sentido más allá del superficial; las noticias que hoy leo y que promulgan por ser muy novedosas, y descubrir el hilo negro de la política o más bien estudios acerca de geopolítica, son temas que ella ya nos había platicado.

No le hace falta tener un papel que diga doctor y asegure que ha leído muchos libros, ni un medio de comunicación ultra eficiente porque dentro de su fundamentalismo, la lectura y la comprensión de medios tradicionales son suficientes. Ella usa el sentido común y se vale de la historia para platicarnos lo que eventualmente pasaría y lo que está pasando.

Es muy difícil vivir sin contradecirse.

Es la vida más difícil que conozco y ella la ha asumido con tanta dedicación que no sorprende su entrega por más de 50 años en el aula. La manera en que Tobyanne comprende el mundo es verdadera. Después de tanto tiempo de dar cátedra en la Universidad apenas se sabe de su vida personal, apenas hay rumores de donde proviene, de si tiene hijos, de que hace después de aterrizarnos en el salón. Y es que lo que realmente le importa es entender al mundo y hacernos entenderlo, comprender las cosas importantes y dejar de decir estupideces.

No voy a escribir que Tobyanne me abrió los ojos y me hizo comprender tantas cosas porque solo hasta que estas en el aula con ella empiezas aprender, antes no, antes escuchaba cosas como:
 "no te deja usar perforaciones ni ropa con estampados", "no le gusta que uses faldas", "te saca de su clase si bostezas", "es de ideas retrogradas"...
Comprendí muchas  de sus prohibiciones después de dos semestres, entendí su disgusto con las personas y su amor por los animales, aprendí demasiadas cosas de ella y de su cátedra.
Al principio me adapte a sus exigencias sobre mi vestido porque me dejara entrar a clase y por solo pasar la materia, lo cual me molestaba y después lo empecé hacer con gusto porque entendí el punto de sus manías.

La manera en que mis compañeros la adoraban solo por ser grosera me hace sentir lastima por ellos y por su corta visión, ella es algo más que su cruda honestidad, ella no necesita el halago de personas que no entienden nada de lo que ella les  está diciendo en el salón y apenas salen de él y todo se les ha olvidado.  Es muy difícil vivir sin contradecirse.

El primer semestre que la conocí era muy deprimente salir de su clase, las cosas que nos decía me hacían mierda y no sabía manejarlo. Después comprendí que sintiéndome mal no ganaba nada, que el que nos llamara mediocres era un estímulo y mi respuesta debía ser inmediata.

No es la mejor clase que he tomado, no es la mejor profesora que he tenido, porque hay que reconocerlo es autoritaria en el salón de clases. Opinar es fácil porque nunca sabemos de lo que estamos hablando pero ella fundamenta sus opiniones y no habla de suposiciones, ella se basa en los hechos y por tal razón nadie tenía bases suficientes para opinar.

La primera lección de clase que imparte es sobre el lenguaje, y la primera cosa por la que se preocupa es por hablar bien,  porque usar las palabras adecuadas es entender cada una de ellas de manera que tiene completo sentido lo que estamos diciendo.  El primer día solo pensaba ¿de qué me está hablando está señora? como si decir geografía política  y geopolítica cambiara las cosas… después empecé a escuchar bien lo que la gente dice, como hablan y como se expresan y me di cuenta de que pocas personas hablan español. Quiero decir la vida es seria, no todo es un chiste y hasta para tener sentido del humor hay que ser inteligente.

Son muchas las cosas que podría decir de ella, pero prefiero explotar este recurso. Me volví muy roja después de su cátedra, sí. Me quedo más claro qué importancia tiene mi carrera, que me gusta de ella y empecé a preocuparme por más cosas, no es que todo cambiara después de conocerla pero si le agradezco mucho a sus intolerancias por hacerme comprender que tan insignificantes son mis problemas.

No quiero ser como ella jamás en la vida. No podría tolerar saber tantas cosas, vivir soportando personas y sucesos que conflictuan al mundo. Yo no puedo vivir sin contradecirme.

Solo puedo decir que la admiro mucho.