Ancre



Las palabras son pocas.
Las ideas son muchas.
El significado es grande.
El objeto es pequeño.

Me gusta tanto el mar que no puedo evitar emocionarme como niña de seis años. Me interesa todo de él, no puedo decir más. 

A veces me gusta confundir a las personas, pero mi cabeza es fácil de descifrar. No he estado tratando facilitar o dificultar  las cosas y es lo mejor de todo.  Que hago, digo y siento todo como viene, como marejada.

Hay un punto sin retorno en el mar, lo aprendí en la playa y una charla en la playa donde escuche decir que cuando te metes al mar es como empezar a conocer a alguien, me parecio una metáfora valida, el oleaje puede ser muy fuerte pero hay un momento en que entras y no hay olas que te golpeen demasiado.  Tú tienes la voluntad de quedarte en una zona segura donde puedes mantener los pies en la arena pero la mar no entiende de voluntades.
La espuma crece, te zambulles, flotas y eso  asemeja a volar, en el agua todo es diferente a  lo que pasa en tierra firme. 
Sumergirse es lo mejor que puedes hacer cuando no tienes miedo.

Y a mi lo que más me gusta es nadar.