Queridos Reyes Magos:

No voy a decirles lo bien que me he portado en el dos mil doce, solo tengo un par de aclaraciones para ustedes.
Por años está era la semana más pero más larga de todo el año, era la semana que me indicaba que tan lejos estaba de recibir obsequios y que tan cerca estaba el regreso a clases. Era terrible la sensación de esperar, la incertidumbre inundaba la casa y mis nervios estaban alterados, estaban entusiasmados porque llegara la mañana del seis de enero. 
Quiero decirles que son las personas más desconsideradas del mundo al no fijarse en mi estado de animo, y ya que ustedes lo ven todo, debieron ver el esfuerzo que le ponía a mis intensas cartas, donde escribía todos los sentimientos que una niña de diez años puede expresar. Y no conformes con no reconocer mi creatividad y mi empeño, tenían la desconsideración de responder mis cartas con tres lineas, mordisquear las galletas y estacionar sus enormes y hermosos animales lejos para que yo no los viera.
Deben saber que muchas veces alucine con ustedes, que me despertaba en la noche, con la respiración agitada y ligeramente asustada porque juraba haber escuchado sus voces y ver sus sombras por debajo de la puerta. Deben saber que me dormía tempranisimo y que me costaba un montón conciliar el sueño estando tan emocionada y ustedes nunca tuvieron la decencia de pasar y decir: -¡Hey, somo reales. Buenas noches!
Si ustedes lo veían todo debieron saber que nunca mentí en mis cartas, que todo lo que escribía emergía de mi corazón y salia por mi puño en forma de letras, ahora saben que se han llevado las más sinceras lineas que he escrito en mi vida.
Quiero que sepan que comencé a sospechar que ustedes no eran reales y que mi padres se encargaban de todo, el día en que me dejaron un montón de ropa en lugar de mi volkswagen beetle porque según sus palabras "...los juguetes son para niños pequeños y tu ya casi eres una señorita". Yo necesitaba ese volkswagen, mis barbies me lo exigían y ustedes hicieron caso omiso pues evidentemente nunca tuvieron hijos y menos una niña de doce años que pretendía continuar  con su niñez y jamas pasar a la horrible pubertad. En parte les agradezco que me hayan preparado para la pubertad pero debieron tener un poco más de tacto con esas palabras y con la ropa que escogieron pues yo en ese entonces no sabia lo que era un vestido y tenia las rodillas tan raspadas que cualquiera hubiera pensado que sufría maltrato infantil.

No entiendo porque dejan que los padres se lleven el crédito de su labor, en serio, ustedes se esfuerzan y un día de la nada llega mamá y asevera que los reyes magos no existen, saben lo que sucedió, pues vieron mi rostro degradandose y mi corazón retorciendose ante tal noticia, mientras mis ojos comenzaban a ahogarse con el agua salada. Esta es otra gran desconsideración, el que estén de acuerdo en que los padres tomen crédito de su chamba y además que hagan llorar y entristecer a tantos inofensivos niños.
Otra cosa que no entiendo es como no encontraban los juguetes que les pedía  si les dejaba especificado el nombre y marca con su respectivo dibujo y después con fotografía, además de que los contactaba por todos los medios a mi alcance, vía aérea, terrestre y una vez marina. 
Son tantas cosas las que tienen que explicar, para que el misterio por fin sea archivado, así que les dejo café sin azúcar para que pasen al rato hablemos más tranquilamente, espero está vez tengan mucho más que decir que solo tres miserables frases. Estaré despierta toda la noche, los espero.

Hasta pronto.

Pd 1. Deben aceptar mi invitación o puedo acusarlos de explotación animal y maltrato.
Pd 2. Hicieron de mi una consumista compulsiva de ropa. Gracias.
Pd 3. Mantener a los niños en ese estado de animo hoy en día se llama maltrato psicológico. Así que aguas.
Pd 4. No quisiera ser ustedes, jamás.
Atte: Leslo