No intenten pasar ocho horas en la escuela, no es de Dios.
Estoy a punto de chillar porque no sé donde quedo mi paciencia, no sé si esta en el vagón del metro con la señora que me gano el asiento chido para bajarse antes que yo, o si la olvide en el salón de clases cuando la señora necia que siempre me llama para pedirme un tanque de gas (que ya le dije que yo no vendo) me llamo y provoco que mi profesora me advirtiera que a la próxima nos vemos en examen final, o si la deje en el Instituto de Geología en forma de mentada de madre hacia mi profesor que me hizo esperar cinco horas y el muy cabrón, no llego a dar clase. No sé donde esta, pero tiene que regresar porque apenas es martes.
Buenas noches.