Sin titulo.

Entras en la habitación para avisarme que tienes que marcharte, sabes que si te acercas me colgare a tu cuello para que no te vayas. 
Detestas cuando hago esas cosas pero por las noches las extrañas.
Vienes cada día a pasar la tarde, abrumados en el calor nos desplomamos en el piso esperando refrescar nuestras espaldas, miras hacia arriba y tu miranda se hace profunda, intrigado por  el techo o por lo que te cruza la mente en ese momento, yo solo te miro. De reojo pues no quiero que pienses que estoy tomándote en serio.
Tomarnos de la mano es el acto más natural que me ha sucedido en estos días, es que tan solo pasa y me deja helada cuando me aprietas la mano para que te mire a los ojos.
No tengo palabras para ti, nada de lo nos sucede me parece familiar, sin embargo estoy adhiriéndome a tu vida, me estas tomando con la guardia baja.