Sin título.

Te das cuenta de que tan hermético puedes ser, de lo reservado que llegas a convertirte.
Todo lo que ha pasado en tu corta vida parece tan significante, parece que es relevante, completamente distinto de lo que tú harías como resumen. 
Entonces la próxima vez que te detienes a recordar un momento, observas detalladamente y sabes que era completamente distinto a como tú lo veías. Cambias las historias y revuelves las tardes con los días sin saber que lo que estás pensando pudo haber sido algún sueño, uno muy real.

Si tienes suerte sonríes y como aun no lo comprendes piensas en dar lo que sea por volver a estar ahí, por volver a pasar por ese lugar. Si vuelves a tener suerte tu cerebro te engaña más adelante y sientes haber vivido ese momento o haberlo soñado, no estás seguro.
No hay pies ni cabeza. Solo son historias que te abordan e inundan la mente de melancolías y nostalgia que no sabes dónde poner, ni cómo organizar, te desespera el desorden y desistes dejando un mar de imágenes en tu cabeza. Puedes olvidarlo, hay muchas cosas que hacer para distraer a la mente.
Piensas en poner barreras y cerrar envases que después van a estallar, pero es una solución temporal luego veras que hacer con todo aquello.