No suelo hablar de buenas noticias, porque tengo una bocota que le gusta alardear y presumir además de que  un karma chinga quedito me acompaña a todos lados, entonces cada vez que hablo de lo bien que me va y de lo feliz que estoy,  me apesta todo lo que creo que va salir bien, me arruina la vida.
Por esa simple superstición de que las cosas se me van a pudrir si hablo de ellas, es la razón más dominante de mis constantes quejas y mi anorexia de buenas noticias.
Como sea, estoy por hacer la excepción pues quiero exponer mi infinita felicidad causada por mi prosperidad estudiantil. Todo marcha muy bien y hace años, en serio, años que no tenia notas tan altas.
No me va chido con los morros de mi salón pero eso no interesa porque están bien zoquetes y no necesito amigos (inserte aquí su comentario pendejo de "forever alone") con los que hice hace más de tres años en la preparatoria, me siento satisfecha. Estoy alardeando sobre esto porque la verdad es que fue un semestre muy sencillo, aunque me deje tentar por la flojera y la depresión, mis esfuerzos por no salir tanto, por hacer las tareas completas y cumplir con trabajos, asistir puntual, dieron resultados y estoy bien pinche feliz.