Mi closet.

Lo he estado pensando, más bien me paso un momento de esos, en los que las cosas te revientan en la cara y te das cuenta de todo. Así rápido y duro porque claro; te duele cuando las cosas te revienten en la cara. Después me puse analizar y pues me senté frente a mi closet de dos puertas corredizas de madera, con una entre abierta y cerrada, con los cuatro cajones bien enterrados al fondo en uno la estampilla de vans colgándose y los zapatos abajo amontonados grises y polvosos.
Lo abrí y me volví a posar en la cama, mire toda la escena toda mi habitación, la cama en la que estaba sentada, pero primero el closet, continuare. Mire fijamente las mangas de las camisas que brotaban como la carne molida brota del triturador, espantoso. Después vi la ropa interior que se asomaba  como si fuera tomando vida descendiendo desde el cajón de arriba y en la repisa los perfumes, cremas, acondicionadores y demás productos de belleza que por supuesto no son míos. De lado las toallas de baño dobladas junto a los suéteres.

Hasta arriba en la cima del closet están los muñecos, peluches y mis barbies, todas sonrientes y  cómodas entre tanto caos. No sé cómo pueden sonreír así, aun cuando les quitamos la mitad del espacio y despachamos a muchos más juguetes por retacar en la esquina vacia las colchas que sobran en el verano.
Lo más triste de ver esta debajo en el piso frio, gris y lleno de polvo ahí es donde descansan los zapatos, tenis, chanclas y una  que otra zapatilla. Mire todo y pensé en que el closet está muy gordo y se le salen las lonjas pues ya no cabe una prenda más. Inmediatamente después pensé en cómo era mi vida.
Si, por el desorden del closet y no solo por el sino toda la habitación, todo alrededor que no es mío me incomoda. Me molesta.

Las cosas extrañas me hacen entrar en cólera porque nunca están en su lugar, siempre tirado, desalineado, fuera de lugar. Antes las acomodaba para mi comodidad pero hace dos meses que me di por vencida y dejo lo que no es mio donde está hasta que alguien más lo acomoda.
Esta noche mientras me horrorizaba con esta extraña habitación me di cuenta de que vivir con mi hermana es como tener cosas de tu ex en casa o empeorando la situación seguir viviendo con él.
Supongo que debe ser la misma sensación; incomoda.