Nada que decir.

 Es que veo en ti algo de mí. Algo que yo perdí, que deje que me quitaran. Sé cuándo, cómo y por qué lo cedí, sé que rebase mis limites y me extendí tanto esperando alcanzar. Me comparo contigo, examino tus acciones y sé que yo hacía lo mismo, me miro y me reflejo en ti.

Es simple, es sencillo estoy en una posición distinta a la tuya, en la que solo me dejo llevar por la corriente. En la que mis piernas están paralizadas y mi brazos caídos, no estoy a la defensiva, te dejo entrar, aunque tenga una coraza alrededor de todo mi cuerpo, quebrarla no es fácil pero tiene algunas grietas.
Antes inundada de palabras las cuales ahora me faltan, mi boca no las pronuncia porque mi cabeza tampoco las piensa. Es que aun estoy en pausa, nadie sabe para lo que está preparado y yo no soy la excepción.
Las compañeras tristeza y nostalgia están caminando de la mano, no sé si marchan, no sé si se quedan.
Estas noches en las que te pienso lejos y te siento cerca están sonriendo con luz de luna y en las noches que falta luna se iluminan con luz de estrellas.

Solo advierto que ahora tengo sonrisas en lugar de palabras.