Botas.

Veo tus botas de trabajo en la mañana, me despierto y lo primero que buscan mis ojos son esas botas cafés, con las suelas llenas de lodo. Cuando las veo sé que aun estas recostado cerca de mí.
No todas las mañana tengo suerte, pues a veces el ruido que producen al caminar es el que me despierta para despedirme de ti.

Esta mañana solo he visto una de tus botas y a lado mi camiseta, se que estas aquí, porque escucho como deshaces la cocina buscando algo de comida. Suspiro, porque sé que vas a estar aquí.