Claudia adicta.

Claudia no ha tenido tiempo de escucharse, hace semanas que esta haciendo cosas por todos.

Hace semanas que se olvido de si misma, que solo reconoce algunos rasgos en su cara, ni la mitad de su cara le parece conocida.
Las bolsas de sus ojos están más colgadas que nunca, las patas de gallo que solían dar un toque alegre a sus ojos color miel, parecen estar remarcadas con cincel, acentuando con una mirada cansada, forzada que obviamente busca cualquier oportunidad para intentar descansar.

Donde se sienta cabecea y se queda medio dormida, medio alerta, medio viva, medio muerta.
Todos le preguntan como se siente que desde hace tiempo no se ve bien, que hace días que ya no sale a pasear con sus amigas del trabajo. Claudia responde lo mismo siempre: -Estoy bien, gracias solo necesito un café.- Bebe como desesperada café expreso sin endulzar haciendo gestos se lo termina entre tres o cuatro vasos de café al día, para mantenerse activa.

Las personas que solía frecuentar ya no la buscan mas, porque siempre esta ocupada o ni siquiera se toma la molestia de contestar, la lista de mensajes en espera esta al tope y ella no tiene tiempo ni para pensar en como responder.

Claudia no tiene tiempo ni de tomarse un respiro, ni siquiera de soltar suspiros. Todo el tiempo a prisa, con algo en la cabeza, pero todo entorno a una sola cosa, su nuevo trabajo. Claudia esta haciendo bien su trabajo.