Me veo soñar.

Una casa, pequeña con cuatro paredes de color verde pistache, la pintura triste y muy descuidada comienza a desprenderse, el abandono la tiene mal, pero para esto es perfecta.

Una fiesta, adolescentes con ganas de destruirse se concentran ahí, todos están divirtiéndose, o eso parece, la noche avanza mientras la luna se pone cada vez más brillante, hoy hay luna llena, pero eso a nadie le importa todos están bailando, fumando, bebiendo, besándose, charlando, drogándose, haciendo todo lo que les gusta hacer en una fiesta.

Entre tanto encuentras a tu amigo, un gran amigo, una escena pequeña el entra por la puerta después de haber despojado todo el alcohol de su estomago, una enorme mancha de jugos gástricos con alcohol está en su pantalón: -¿Qué te paso? –Pues me vomite ja… no lo sé, estoy muy ebrio.

Te abrazan por detrás como de costumbre que ni siquiera volteas a ver quién es, ya lo sabes, reconoces el calor de esos brazos donde sea. Besa tu mejilla mientras pregunta: -¿Cómo estás? –Bien, ¿& tu? – Igual bien, algo ebrio. La escena se ve interrumpida con un tercer elemento, un amiga tuya muy buena amiga, aquella que sabe todo de ti y que como hace tiempo no ves, extrañas, ella contesta como si a alguien le interesara su estado etílico, acerca su cara a la de él, una cara desfigurada por el alcohol, la frase de su boca te llena de rabia: -Yo también estoy muy ebria. No sabes como sucede pero el acerca su cara también, hay un roce entre sus labios y tu estas ahí estática, mirando, escuchando y sobre todo sufriendo aguantando hasta que reaccionas, sales maldiciendo todo lo que se te para enfrente.

Un engaño doble, regresas para entender que está pasando, no es la decisión más sabia que has tenido pero ahí estas, regresando, dando oportunidades, encuentras a los mismos personajes pegados en una pared, comiéndose la boca a besos, besos que sabes no le pertenecen a ella.

Con una mirada que escapa, el te mira no sabes que hacer, tu vista esta nublada, las mejillas se te mojan y no sabes que más hacer. Correr.

Entre tanta gente y tu sola, corres algún lugar lejos, donde puedas sollozar sin pena. Sientes pasos detrás de ti. Es el, pero solo te sigue y no dice nada, no corre, camina esperando que tu vuelvas a ceder y te detengas. En medio de la desesperación de no saber qué hacer al ser perseguida tropiezas con tantas cosas que te ves en una torpe escena, ser perseguida es uno de tus peores miedos, la angustia, la desesperación, la tristeza y el miedo se combinan en tu estomago sientes que lo vas a sacar pero lo único que comienzas a repetir es una tonta frase que quisieras fuera realidad: No es cierto, no es cierto, no es cierto, no es cierto, no es cierto…

Te tapas la cara y te sientas en algún lugar, te sientes observada, otra vez es el, con su mirada tranquila, sereno y con una cosquilla de sonrisa en sus labios. No dice nada, solo mira, mira lo que hizo, como te descompuso y tú aun repites: No es cierto, no es cierto, no es cierto… despierta es un sueño, es un sueño, es un sueño, es un sueño, es un sueño…

Te cansas.

Despiertas. Abres los ojos, tienes las mejillas mojadas te levantas, te incorporas e inhalas como si no lo hubieras hecho en mucho tiempo, como si se te hubiera olvidado respirar, el pecho te duele, se siente mal, se llama traición.