Carta a mi sostén.

Querido sostén:

En cuanto te conocí me parecías algo tan inalcanzable, después tenía cierta urgencia por usar esa prenda y me parecía que pronto te tendría entre mis cosas favoritas.
Llegaste tarde a mí, pues todo aquello de la pubertad llego tarde para mí pero, al fin te tuve que escoger, ocupar, guardar y finalmente detestar. Parece que somos un dúo muy problemático, pero tú haces más para que yo te deteste.
Recuerdo de las primeras veces que te use esos tantos estirones de tirante que enrojecían mis hombros aunque esos no los atribuyo a ti si no a esas personas castrosas que te usaban para perjudicarme, las veces en que respiraba y sentía que no tenia aire suficiente, las veces en que aprendía a abrocharte
a ciegas y me pellizcaba... tu siempre tan dulce.
Debo decirte que después de un tiempo de conocerte me negué rotundamente a usarte pero era cuestión de tiempo acostumbrarme a tu molesta presencia.
Mi madre obligándome a usarte porque las señoritas decentes usan ropa interior delicada. Perdóname Madre pero estas equivocada. El sostén no es delicado por lo menos no para mi, para mí no es cómodo tener una liga presionándome el pecho con otras dos ligas que "sostienen" las esponjitas que cubren los senos, aun mas incomodo cuando este tiene dos varillas debajo para que los senos se te suban hasta la garganta.
Pensé por largo tiempo quien abría sido tu inventor, supuse que fue una mujer porque no creo que un hombre ande pensando en una manera de sostener los senos o por lo menos no sus senos, supongo que si piensan en senos… muchos senos… sigo, pensé en una mujer de edad avanzada que después de ver los estragos del tiempo en su cuerpo, que cuando era joven parecía un monumento y ahora después de las marcas del tiempo se veía en la necesidad de reafirmar lo que ya estaba colgado. Tal mujer pensaba que la fuerza de la gravedad era su peor enemiga, esta mujer pensó en hacer algo e innovo con este nuevo sistema. No voy a insultarla aunque debería hacerlo pues su solución se convirtió en mi problema.

Ahora ya no importa quien tuvo la osadía de inventar el sostén pues la moda esta impuesta y aquella mujer que se atreve a no usar sostén es catalogada como: sucia, flojita, huevona, cochina o alguna adjetivo de suciedad.
Sabias que he tratado de rebelarme y dejar de usar sostén pero me tienen tan reprimida que sería como ponerme la soga al cuello, siempre he querido participar en una de esas protestas en las que las mujeres se quitan el sostén y lo queman pero eso es algo imposible para mí.
Debo admitir que en variadas ocasiones algunos de tus hermanos se ven sexys
hay modelitos muy bonitos y que en cierto tipo de cuerpo se ven MUY bien… pero ¡que demonios no soy un niño! así que no me permitiré esos comentarios, por lo menos no aquí.

Sostén hoy te propongo algo, si ambos nos ignoramos ambos seremos felices. En serio, si tu y yo no volvemos a toparnos por la vida tu seguirás tu camino como buen obrador sosteniendo senos de verdad, seguirás provocando cáncer de mama (obvio a quien abuse de ti), seguirás sacando quistes en los senos (también a quien abuse de ti), seguirás enrojeciendo espaldas , haciendo aparecer lonjas en donde no deberían aparecer y todas esas cosa que te gusta hacer, seguirás tu lucha contra la fuerza de la gravedad mientras yo también podre hacer las cosas que me gustan sin preocuparme de que estés mal acomodado o que te puedas abrir, podre respirar cómodamente entre otras cosas.

Sé que no está en tus esponjas tomar esta decisión pues la represión en mi hogar y en la sociedad en general no nos deja hacer valido este trato.

Finalmente quiero decirte que algún día nos separaremos y que ambos seremos felices, hoy solo te maldigo y deseo encontrarte algún día a ti y a tus secuaces reventados para tener una escusa valida y así no tener que usarte. Querido sostén: Te detesto.

Atte: Leslo ♥