Todos tenemos calendarios
No es necesario que me recuerden que mañana
empiezan las clases, que mañana entran los nuevos, que mañana se acaban los días
de ocio y las tardes de tutoriales en You tube, que se terminan las salidas en
la noche sin pensar en el domingo intensivo de tareas y trabajos. No es
necesario recordar que comienza la masacre por un lugar en un grupo decente, no
me recuerden que tengo un horario de esclavo en el que voy a pasar
de 8 a 10 horas en la facultad y otras 4 horas en el transporte publico, que
no voy a dormir y que bajare los tres kilos que me dejaron los días de verano.
No me recuerden que voy a descuidar mi imagen por llegar temprano a clases, que
mi ceja crecerá y crecerá como hierba en temporada de lluvias y yo jamás lo
notare, que no volveré a pintarme las uñas hasta dentro de cuatro meses, que
van a sufrir tanto por las mordidas de mis dientes, no me recuerden que mañana
comienza la neurosis por comprar libros, libretas, hojas, clips, plumas, lápices,
grapitas, post it, etcétera, que voy a gastar un chingo de dinero en COPIAS y
en cigarros.
Ya sé que mañana inician los jueves y viernes en
que los bares cercanos a la escuela se abarrotan de batas blancas y jóvenes que
salen a las doce del día y desesperadamente buscan "echar la chela",
que desde mañana comienzan las innecesarias ganas de fumar y fumar. Ya sé que
todo eso se extraña en el último mes de vacaciones.